HISTORIAS Y
REEMERGENCIAS DE LOS PUEBLOS INDÍGENAS
Ø Últimas
dos décadas --- reemergencia de los pueblos indígenas en América Latina: proceso
político en el que está en juego no sólo la supervivencia física de
poblaciones, sino también su derecho a existir en tanto que pueblos indígenas.
Ø Demandas
--- no se restringen a "reparaciones simbólicas" sino que exigen
además una urgente redistribución de riquezas y de los medios para producirla.
Ø No
obstante, el aspecto simbólico de la lucha indígena es importante, pues la
reemergencia pone en cuestión es el imaginario colonialista aún vigente:
abundan imágenes ideológicas sobre el indio como raza inferior, cultura
primitiva, "obstáculo al desarrollo".
PUEBLOS INDÍGENAS:
DEFINICIÓN Y ALCANCE
Ø Los
pueblos indígenas u originarios son aquellos que se ven y son vistos como los descendientes de las agrupaciones que
"estaban antes" de los procesos de conquista, colonización y
nacionalización que desencadenó la expansión mundial de las naciones europeas.
Ø Indígena
es toda persona que manifiesta descender
de los pueblos y comunidades autóctonos que fueron vencidos y que hoy siguen
sufriendo las consecuencias de esa derrota incesante. Ser indígena es tener
algún tipo de conciencia de que la marginalidad y exclusión que los afecta
deriva de su origen autóctono.
Ø Pueblo
indígena es una categoría
político-cultural que remite a un conjunto de personas y grupos con
capacidad de actuar y confrontar colectivamente sobre la base de intereses
comunes, creencias y valores compartidos.
Ø Por
otra parte, pueblo indígena es una categoría
jurídica de alcance mundial y aparece consagrada en documentos de la
Organización Internacional del Trabajo y de las Naciones Unidas. Hay pueblos
indígenas en todas las regiones del mundo donde exista la lucha por los
derechos por parte de poblaciones descendientes de pueblos autóctonos
conquistados. (América Latina, Canadá, Australia, etc.)
Ø Actualmente
existen más de 40 millones de personas en América Latina que se autorreconocen
como indígenas. La proporción dentro de cada nación varía entre menos del uno
por ciento, como en Brasil, hasta constituir la mayoría de la población, como
en Bolivia y Guatemala.
Ø También
existe una amplia gama de realidades indígenas. Las maneras de ser indio -y de
organizarse como tal- en América Latina se relacionan no sólo con la diversidad
cultural previa a la conquista, sino también con las modalidades que esta
asumió según los recursos en disputa y el tiempo en que tuvo lugar.
En los procesos y relaciones históricas que llevaron a la situación de
subordinación de los pueblos indígenas pueden distinguirse cuatro etapas:
1) EL
"ANTES" COMO MUNDO-OTRO
Ø "Antes"
de la conquista éste era un espacio-tiempo donde las comunidades llevaban
adelante un desarrollo autocentrado. Se trataba de un mundo otro, y no el
"otro mundo" o el "nuevo mundo" que "esperaba" a
Europa y a los "blancos" para ser descubierto, completarse y adquirir
sentido.
Ø Abya
Yala -término de los indios kuna utilizado hoy por el movimiento indígena para
sustituir el de América- contenía, "antes" de su origen americano,
formas de vida "otras", diferentes de la civilización europea, que se
caracterizaban por su tendencia a la diferenciación de realidades culturales, a
diferencia de lo que ocurriría a partir de la conquista.
Ø A
partir del “descubrimiento de América” comienza el "después": la
conquista infinita, la resistencia y las rebeliones.
2) EN TORNO A
1492: "ESTADOS DE CONQUISTA"
Los "Estados de conquista" implantados en América
tuvieron que asegurar un dominio que preservara poblaciones y territorios para
hacer viable la continua extracción de riquezas -sobre todo metales- para su
traslado a Europa. Se establecieron diferentes relaciones con el “indio”:
-
Civilizaciones incorporadas:
Las civilizaciones de Mesoamérica y los Andes constituyeron
el centro sobre el cual el poder español se asentó y la base para emprender
nuevas conquistas. Allí, la dominación se reguló a través de instituciones
económicas, políticas y jurídicas como la encomienda (que comprometía al
encomendero español a evangelizar a los indios a cambio de tributos), el
trabajo obligatorio (la mita, el repartimiento, etc.) y el servicio personal
(especie de servidumbre). Ellas se combinaban con formas de fijación
territorial como las reducciones, pueblos de indios y haciendas, sistemas de
disciplinamiento ideológico -misiones y doctrinas- y garantías de protección
jurídica, como las Leyes de Indias.
En lo que luego sería, Brasil, los conquistadores
inauguraron la doble empresa esclavista que caracterizó la colonia en el
Brasil: por un lado, la caza y esclavización de indios mediante las bandeiras,
las famosas expediciones de guerra que también buscaban oro, y por otro, la
importación de esclavos negros desde África en navíos negreiros.
Los guaraníes que habitaban en las cuencas de los ríos
Paraguay y Paraná fueron sometidos por los españoles a través de encomiendas,
especialmente la llamada encomienda originaria por la que se otorgaba diez o
más mujeres indias a un conquistador y luego, las misiones jesuíticas.
-
Indios de frontera:
Con las sociedades que permanecieron en los márgenes se
establecieron otro tipo de vínculos interétnicos (guerras, comercio, alianzas
políticas y movimientos demográficos). En esta situación se encontraban los
llamados indios alzados, bravos o aucas. Entre ellos estaban los avá-guaraníes
(chiriguanos) y los guaycurúes (genérico que incluía a tobas, abipones,
mocovíes, pilagá, entre otros) que habitaban el Gran Chaco; los mapuches,
pampas y tehuelches de la Pampa, la
Patagonia y la Araucania.
-
Indios “aislados”:
Muchos habitaban en las selvas amazónicas y de Yucatán, en
los montes y sabanas interiores del continente. Tuvieron poco o ningún contacto
directo con poblaciones coloniales, lo que no significaba un total
desconocimiento de ellas. Más bien, puede decirse que su condición de refugio
fue una respuesta a la situación colonial.
Las rebeliones y motines de los indios sojuzgados fueron
constantes, y las guerras llegaron a ser endémicas en algunas zonas fronterizas.
Entre las primeras, el Taqui Ongoy fue un movimiento milenarista que se
expandió por las sierras del Perú en el siglo XVI buscando volver el mundo
atrás.
Guerras importantes se libraron en los actuales Valles
Calchaquíes de la Argentina durante
el siglo XVI y XVII. Más al sur, los españoles se
encontraron con la vigorosa oposición
reche (hoy mapuche), que abrió el largo capítulo de la
llamada Guerra de Arauco.
3) HACIA 1880:
"ESTADOS EXPROPIADORES"
ü Las
nuevas repúblicas surgidas tras guerras de independencia y luchas civiles se
sostuvieron en los ideales emancipadores europeos que combinaban liberalismo
económico-político y nacionalismo. La creación de los Estados nacionales estuvo
acompañada de un discurso de ciudadanía universal: la república es "para
todos". "Todos", en rigor, eran aquellos sectores sociales,
numéricamente ínfimos, que podían sentirse representados por un modelo de
hombre individual y propietario.
ü Cuando
se estableció por ley que la propiedad de la tierra sólo podía demostrarse
mediante títulos individuales las comunidades indias de las tierras altas perdieron
ciertos derechos colectivos que aún conservaban sobre sus tierras.
ü Sobre
esta población indígena “desterritorializada”, los nuevos dueños legales de las
tierras rearticularon su dominio sobre la base del peonazgo por deudas, el
concertaje, el arriendo y otras formas de arreglos "personales y
tradicionales" entre el patrón y el indio.
ü Además,
las nuevas naciones emprendieron la reconquista de las fronteras coloniales y
la colonización de las supuestas "tierras vacías". Hacia fines del
siglo XIX, se producen las llamadas Conquistas del Desierto (Pampa-Patagonia) y
del Desierto Verde (Chaco argentino). Procesos similares ocurrieron en la
Araucanía chilena y en las fronteras amazónicas de Perú, Ecuador, Colombia,
Bolivia y Brasil.
ü En
todos estos casos, las dirigencias, asociadas a intereses empresariales
nacionales y extranjeros, vieron en los indígenas un obstáculo que debía
superarse para la construcción de sociedades y mercados nacionales
"integrados al mundo" de la época.
ü La
conquista republicana nacional y la penetración de relaciones capitalistas no
fueron aceptadas pasivamente por las poblaciones indígenas; quienes en varias
ocasiones se rebelaron en la defensa de la tierra.
4) 1940 Y
ALREDEDORES: "ESTADOS INDIGENISTAS"
El primer indigenismo fue una política de Estado tendiente a
desarrollar acciones compensatorias hacia el sector indígena marginado durante
el período de las repúblicas liberales. Su objetivo era la incorporación de los
indios a la nación -la nacionalización del indio- recurriendo a la dosificación
controlada de modelos de conducta civilizados.
Para esto se crearon organismos gubernamentales que
fomentaban la entrada de los indios a la economía, sociedad, política y cultura
nacionales interpelándolos como "campesinado". Los principales
programas indigenistas se centraron en la reforma agraria, la educación, la cooperativización
y la sindicalización, todas ellas vías de conexión con la burocracia estatal y
los partidos nacional-populistas de la época. En los países donde se realizaron
reformas agrarias entre los años treinta y setenta, los efectos sobre los
indígenas variaron según la profundidad de los cambios. En México, el
indigenismo estuvo muy ligado a la dislocación de estructuras latifundistas y
al cambio en el régimen de tenencia de la tierra y de producción (ejidos y
cooperativas). Algo semejante ocurrió con la revolución boliviana de 1952 y, en
menor medida, en los procesos chileno y peruano.
Con el objetivo de integrar a los indígenas, la nación era
concebida como una comunidad aún en formación, por lo que debían subrayarse
todos los rasgos que unificaban, descartando los que podían generar
divergencias. En este modelo de nación los gobiernos fomentaban una sola lengua
-el castellano o portugués-, una sola religión -la católica-, la idea de un
territorio indiviso -la patria- y la noción de una única "raza" -la
blanca o al menos el ideal racista del "blanqueamiento".
Frente a los valores nacionales, las religiones indígenas se
tornaron "supersticiones", sus lenguas, "segundas lenguas"
o "dialectos", su "raza", cobriza, sus tierras y fuerza de
trabajo de propietarios particulares.
MESTIZAJE Y NACIÓN
Mestizaje es una noción
cuyo uso sugiere significados contrapuestos. Del lado "oficial" y del
sentido común, el mestizaje es una ideología de fusión de las diferencias
(biológicas
y culturales). Por eso, las
naciones latinoamericanas edificaron sus ideologías nacionalistas elevando las
ideas y valores de lo mestizo a símbolos de sus nacionalidades.
Sin embargo las formas
históricas concretas del uso del mestizaje siguieron sosteniendo una
jerarquización racial: en un extremo, la buena sangre de las elites (los
"blancos" o "blanqueados") y en el otro, la sangre salvaje
del indio. Los "indios-indios" serían los menos
"mezclados", los más puramente no-mestizos y, por ello mismo, los que
deben ser integrados, es decir, "acriollados",
"ladinizados", "cholificados".
Hoy las noticias nos hablan de confederaciones y partidos
indígenas, centros culturales y universidades indígenas, constituciones y leyes
que los amparan y, con más insistencia, de la creciente movilización política
de estos grupos en distintos lugares de América.
¿Qué ha cambiado en el
pulso de las sociedades y los Estados latinoamericanos para que el proyecto de
integración nacional, excluyente y homogeneizador, que "escondía" a
los indios bajo la alfombra, haya sido sustituido por otro orientado hacia su
visibilización dentro del "nosotros" de la nación?
Existe cierto acuerdo entre los analistas en que el fenómeno
de la reemergencia indígena resulta de una combinación de cuatro factores: el
proceso de democratización iniciado en los años ochenta; el impacto de los
movimientos internacionales de derechos humanos y ecologistas; los efectos de
la reforma del estado y del ajuste estructural de los noventa y las
experiencias de lucha y formas organizacionales previas.
ü Los
"retornos democráticos" generaron un proceso de reorganización de la
sociedad civil (legalización de libertades de asociación y derechos de voto)
que posibilitó nuevas oportunidades para reconstruir la histórica demanda
indígena. A esto contribuyó el aumento y complejización de una red de lazos con
movimientos mundiales de defensa de derechos entre los que los indígenas habían
encontrado apoyo para presionar a los Estados nacionales ya desde los años
setenta.
ü Las
políticas neoliberales de los noventa (reforma del estado y ajuste estructural)
aceleraron las condiciones de la reemergencia al provocar una creciente
marginación de los indígenas como ciudadanos y un veloz deterioro de sus
condiciones de reproducción material y cultural. Aumentaron los ritmos de
concentración latifundista en manos privadas (nacionales y extranjeras),
pasando por encima de las tierras indígenas (por lo general ya transformadas en
minifundios o con títulos precarios) y generando la expulsión de grandes
números de campesinos que van a las ciudades, al extranjero o quedan como
población "sin tierra".
ü En
el contexto de la democracia neoliberal, muchos indios, hoy se reorganizan como
"pueblos indígenas" aprovechando, sin duda, la experiencia política
adquirida en la vida sindical y cooperativa de antaño. En estos casos, la reemergencia
indígena supone la convergencia entre dicha experiencia histórica de lucha y la
revitalización de una identidad indígena tras décadas de desindianización. Si
antes se pasó de indio a campesino, ahora se pasa de una identidad campesina a
la de pueblo indígena.
ü El
proceso organizativo de los indígenas de las tierras bajas no se activó en el
marco del conflicto entre el latifundio y el Estado -"benefactor"o
no- como en tierras altas, sino frente a la "amenaza de extinción" en
la que el mismo Estado participaba (la palabra etnocidio surge en los setenta para describir esta situación). En
estos casos hay que entender por reemergencia como la primera experiencia de
conexión entre las sociedades indígenas y la acción política para revertir una
situación límite que afectaba su misma existencia.
ü Al
no tener eco en los gobiernos nacionales ni en los sindicatos, las demandas de
los indígenas de tierras bajas se canalizaron a través de comunidades de base
de iglesias católicas o protestantes y en las nacientes ONG y adquirieron resonancia
internacional con las denuncias de exterminio realizadas por biólogos,
ecólogos, antropólogos, sociólogos, abogados, misioneros, trabajadores
sociales, etc.
Así la voz indígena
fue cobrando ímpetu de la mano de dos discursos justificadores: la defensa
de los derechos
humanos y, desde fines de los ochenta, el discurso ambientalista, configurando
así una estrategia política indígena de "acción global". Este proceso
hizo eclosión en 1992 durante la Cumbre de Río, Eco 92 y los contrafestejos del
Quinto Centenario del "Descubrimiento de América".
ü En
las estrategias de reivindicación del movimiento indígena podemos señalar un fuerte
énfasis en planteos legales, posibilitados por las reformas constitucionales
ocurridas en las últimas décadas en los países latinoamericanos, que
reconocieron por primera vez a los indígenas como ciudadanos portadores de
ciertos "derechos especiales" derivados de su situación de
"preexistencia". Estos derechos colectivos aluden, en general, al respeto
y protección a la autonomía cultural, de lo cual se derivan los derechos a la
tierra y al territorio, al autogobierno y a la participación política, al
desarrollo económico-social, a la identidad, a la educación bilingüe, etc. Al
reconocimiento constitucional se le agrega un conjunto de leyes o estatutos
indigenas en los niveles nacional y provincial y un paraguas legal
internacional que ha contribuido de modo fundamental a la estrategia jurídica
de los pueblos indígenas. Nos referimos al Convenio 169 de la OIT, refrendado
por varios países latinoamericanos, entre ellos la Argentina, en el que se
menciona explícitamente a los indígenas como "pueblos", suponiendo en
ello sus derechos a la "autodeterminación".
ü No
obstante, los derechos indígenas se violan constantemente mediante maniobras
administrativas y dilaciones políticas, muchas veces con la complicidad de los
propios organismos de gobierno encargados de hacerlas respetar.
DEMANDAS DE LOS PUEBLOS
INDÍGENAS
ESTATUS JURÍDICO:
¿QUIÉNES Y CUÁNTOS SON (LEGALMENTE) LOS INDIOS?
ü En
este campo, la principal demanda del movimiento indígena es el derecho a la
autodefinición, individual y grupal. Esto supone una negociación con las
categorizaciones de los gobiernos que, aún hoy, recurren a supuestos rasgos
"objetivos" para definir y medir el grado de indianidad, sin
consultar a los propios interesados.
ü La
lucha por el reconocimiento legal del principio de autoidentificación
-considerado un derecho humano- sólo se entiende en el contexto de
fortalecimiento de la conciencia indígena que deja atrás el estigma que antes
obligaba a esconder la indianidad.
TIERRA Y
TERRITORIO
ü Para
los indios, la tierra (suelo y recursos naturales) no es sólo un medio u objeto
de producción, también es el entramado simbólico de la identidad y la
reproducción del grupo y su cultura. Por esta razón, en la gran mayoría de los
casos, las organizaciones indígenas reclaman que las tierras sean devueltas a
título comunitario.
ü La
supuesta improductividad de la economía aborigen tiene que ver con que ésta no
se orienta a la obtención de una ganancia, sino que se inserta en ciclos de
reciprocidad que distribuyen la riqueza socialmente producida. Por eso, el
derecho a la tierra, junto con el de autonomía, involucra la posibilidad de diseñar
estrategias productivas sustentables basadas en las propias tradiciones
culturales (etnodesarrollo).
ü Se
busca el control de un espacio -un territorio ancestral- que abarca el reclamo
de autonomía política. La mayoría de las organizaciones indígenas reclaman
territorios autonómos dentro del Estado.
IDENTIDAD CULTURAL
ü El
derecho a identidad cultural supone una lucha por afirmarse y afirmar, contra
los poderes vigentes, el valor positivo de las costumbres tradicionales y, en
especial, las lenguas nativas, la espiritualidad y las visiones históricas
indígenas. En el siglo XIX, cuando se le dio un sesgo antropológico al sentido
de cultura, se pensaba que los indios "tenían" algo de cultura, pero
no mucho.
ü Hoy
la antropología y las ciencias sociales piensan que la cultura es un proceso de
creación y recreación de formas de vida. Los pueblos indígenas se muestran como
hacedores de cultura y, más precisamente, de su identidad a partir de lo que
consideran su cultura por lo que reclaman su derecho a mantenerla.
AUTOGOBIERNO Y
PARTICIPACIÓN
Hoy no solamente se lucha por derechos políticos o por
cuotas de representación en los partidos políticos y la administración
públicas, sino que también se pugna por el derecho al autogobierno. El objetivo
primordial es asegurar una participación ciudadana efectiva -no subsidiaria ni
formal- que controle el proceso de decisión y la elección de representantes
sobre asuntos de vital importancia para el pueblo: la economía, la salud, la
vivienda, la cultura y la administración de justicia.
Sólo a partir de estas posibilidades reales de
etnodesarrollo podrán combatirse la miseria que campea entre los pueblos
originarios.
OBJETIVO ÚLTIMO DE
LAS DEMANDAS INDÍGENAS: CREACIÓN DE ESTADOS MULTIÉTNICOS, PLURICULTURALES Y
PLURINACIONALES
Un Estado multiétnico y pluricultural -y quizá un Estado
plurinacional- será aquel que pueda reconocer en su interior y en un pie de
igualdad grupos de orígenes diferentes que se siguen diferenciando entre ellos
y de sí mismos.