viernes, 5 de julio de 2013

Materiales para 4ºF para el TP del jueves 11/7

1) Video sobre la Asociación de Pequeños Productores Minifundistas del Tucumán. Para el jueves tienen que haber visto el video las veces que sea necesario, tomar apuntes y llevar esos apuntes el jueves para poder hacer el TP.




2) Artículo sobre el trabajo agrícola en Cafayate, provincia de Salta (localidad que será visitada durante el viaje al NOA). Leerlo y traerlo impreso para el TP del jueves.

Acuerdo entre cosechadores de uvas y bodegueros en Cafayate


El precio por gamela aumentó el 30% para la Vendimia 2011. Tras intensas negociaciones, el sector de los trabajadores cosecheros vitivinícolas obtuvieron un aumento del 30% en el precio del tacho o gamela. De esta manera pasó de $2,26 a $2,93, el de uvas tintas y de $1,15 a $1,50 el de blancas. Los bodegueros también accedieron, durante el período de conciliación simple, al pago proporcional de los ítems aguinaldo y vacaciones y señalaron que un trabajador cosecha diariamente, en promedio, 30 gamelas de uvas tintas y el doble de blancas.
Enrique Balderrama, secretario general del Sindicato de Obreros y Trabajadores Vitivinícolas delegación Cafayate, expresó que “llegamos a un acuerdo porque nuestro petitorio es razonable. Si bien solicitábamos un aumento del 32% para las uvas tintas y 50% para las blancas, el acuerdo alcanzado nos parece justo. Tal vez los porcentajes que solicitamos pueden parecer altos a primera vista, pero hay que tener en cuenta que el salario del trabajador de la uva en general es bajo”.
Por otra parte, vale la pena señalar que cada año se profundiza la falta de personal para la cosecha, a pesar del notable crecimiento del área explotada por el sector vitivinícola.
La problemática se genera, entre otras cosas, porque el personal registrado por la patronal, tal como lo exigen las normativas vigentes, para llevar a cabo la tarea no puede acceder luego a planes sociales, ni a otro tipo de beneficios, a pesar de que la campaña de cosecha sea muy corta.
Esto los pone frente a la disyuntiva de elegir entre trabajar dos meses o cobrar un plan todo el año.

Fuente: Radio Salta. jueves, 24 de febrero de 2011



jueves, 4 de julio de 2013

4ºA - Textos para la clase del jueves 11/7



Acuerdo entre cosechadores de uvas y bodegueros en Cafayate


El precio por gamela aumentó el 30% para la Vendimia 2011. Tras intensas negociaciones, el sector de los trabajadores cosecheros vitivinícolas obtuvo un aumento del 30% en el precio del tacho o gamela. De esta manera pasó de $2,26 a $2,93, el de uvas tintas y de $1,15 a $1,50 el de blancas. Los bodegueros también accedieron, durante el período de conciliación simple, al pago proporcional de los ítems aguinaldo y vacaciones y señalaron que un trabajador cosecha diariamente, en promedio, 30 gamelas de uvas tintas y el doble de blancas.
Enrique Balderrama, secretario general del Sindicato de Obreros y Trabajadores Vitivinícolas delegación Cafayate, expresó que “llegamos a un acuerdo porque nuestro petitorio es razonable. Si bien solicitábamos un aumento del 32% para las uvas tintas y 50% para las blancas, el acuerdo alcanzado nos parece justo. Tal vez los porcentajes que solicitamos pueden parecer altos a primera vista, pero hay que tener en cuenta que el salario del trabajador de la uva en general es bajo”.
Por otra parte, vale la pena señalar que cada año se profundiza la falta de personal para la cosecha, a pesar del notable crecimiento del área explotada por el sector vitivinícola.
La problemática se genera, entre otras cosas, porque el personal registrado por la patronal, tal como lo exigen las normativas vigentes, para llevar a cabo la tarea no puede acceder luego a planes sociales, ni a otro tipo de beneficios, a pesar de que la campaña de cosecha sea muy corta.
Esto los pone frente a la disyuntiva de elegir entre trabajar dos meses o cobrar un plan todo el año.

Fuente: Radio Salta. Jueves, 24 de febrero de 2011


Una vida nueva (adaptación)  
Por Horacio Verbitsky

Una de las grandes empresas exportadoras de productos agropecuarios, a la que el Estado Nacional investiga por evasión de impuestos, explotaba el trabajo esclavo de adultos y niños traídos desde provincias del norte. Los alojaba en trailers de chapa, en los que dormían hacinados de a veinte. La jornada laboral era de diez horas incluido el día de Navidad, bajo el rayo del sol, sin luz, sin agua potable salvo la que recibían en baldes. No podían salir de los límites de la propiedad en la que trabajaban ni conocían cuál sería su remuneración. La paga se difería para el último día del contrato informal, ya que no estaba registrado. Mientras, les descontaban todo lo que consumían a precios tan exorbitantes que nunca tenían un saldo favorable para cobrar. Les anotaban 80 pesos por una bolsa de papas, 65 por una de cebollas, 54 por un pollo, 17 por un atado de cigarrillos, ocho por un kilo de pan viejo y dos por recargar la batería del celular. También se hallaron fideos con la leyenda del ministerio de Desarrollo Social. Por un paquete, cuya venta está prohibida, los esclavos debían pagar 35 pesos. También se encontraron alimentos vencidos. El único dinero que recibieron en las tres semanas transcurridas antes del allanamiento, fueron 12 pesos “para comprar pan dulce”. El ministro de Trabajo provincial, Oscar Cuartango, dijo que los hechos descubiertos rozaban el crimen de lesa humanidad.

Un campo de concentración

El médico Julio Caraballo, director de Bromatología de San Pedro, dijo a una radio local que las condiciones eran las de un campo de concentración, con dos agujeros en el suelo como baños, sólo aislados por una cortina cosida con bolsas de Nidera. También vio a un adolescente que se bañaba con agua acarreada en un recipiente de agrotóxicos. “Es para pasar de la indignación a las lágrimas”, dijo. El reclutamiento de personas muy humildes se hizo en Santiago del Estero, con la promesa de trabajar en la cosecha del maíz en Buenos Aires “en la mejor empresa”, en condiciones laborales apropiadas y un buen salario. Un colectivo los trasladó en forma directa hasta la estancia, de la que una vez que ingresaron no se les permitió salir. Nidera les hizo saber que si alguien abandonaba el predio, toda la cuadrilla de trabajo que integraba sería devuelta a su pueblo sin pago. Consultado para esta nota el fiscal agregó que estas personas “ni sabían en qué lugar estaban”.

Empresa líder

Nidera es una compañía transnacional, líder en el mercado argentino de semillas y uno de los mayores exportadores de aceites, de cereales y de oleaginosas. Su participación ronda el 10 por ciento del total de las exportaciones argentinas de esos productos. En 1996, fue la primera que obtuvo autorización para liberar al consumo humano y animal la soja transgénica resistente al glifosato, durante la gestión como secretario de agricultura del ingeniero Felipe Carlos Solá. Tiene tres centros semilleros, en Venado Tuerto (maíz), Chacabuco (girasol) y Miramar (trigo y maíz). Creada hace noventa años por comerciantes de granos de los Países Bajos, su nombre surge de la combinación de las iniciales de los grandes mercados cerealeros en los que actuaba entonces: Holanda (Netherlands) India, Alemania (Deutschland), Inglaterra (England), Rusia y la Argentina, donde Nidera Argentina se instaló en 1929. También comercializa insumos agrícolas, opera en fletes marítimos y produce fertilizantes, herbicidas y fungicidas. Posee terminales portuarios propios en Rosario, Quequén y Bahía Blanca. En 2010 fue el sexto exportador de granos (detrás de Cargill, Bunge, ADM, Dreyfus y Toeper) y el séptimo en los de subproductos y aceites (detrás de Cargill, Bunge, AGD, Dreyfus, Molinos y Vicentín). Nidera es la empresa líder en los mercados de semillas de soja y de girasol, está en segundo lugar en el de maíz y en el tercero en el de trigo. Según el ranking publicado hace seis meses por la revista Mercado, en 2009 Nidera Argentina facturó 3500 millones de pesos y ocupa el puesto 47 entre la cúpula de las empresas que más venden. La Escuela de Estadísticas de la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional de Rosario estima que los salarios pagados por Nidera representan el 1,54 por ciento de esa facturación. 

Página/12, domingo, 2 de enero de 2011